Tucson, Arizona.- Sus compañeros, los bateadores contrarios y hasta el manager Jim Tracy a veces se asombran por la mirada penetrante y el ceño fruncido del derecho de los Rockies, Ubaldo Jiménez, cuando el dominicano está lanzando.

Aquellas personas que conocen a Jiménez saben que siempre está sonriendo y que tiene la voz suave.

En algunas ocasiones, el contraste sorprende al propio Jiménez.

“Hasta en las fotos se nota”, dijo. “Cada vez que veo mi foto pienso, ‘Increíble. Que feo y diferente me veo’”.

Gracias a su gran desempeño la temporada pasada, Jiménez tendrá el honor de ser el abridor de los Rockies para el Día Inaugural.

Al terminar con foja de 15- 12 y efectividad de 3.47 en el 2009, el quisqueyano se estableció no sólo como el mejor lanzador de los Rockies, sino también como uno de los serpentineros más temidos de béisbol. Jiménez tira más duro que cualquier otro abridor de Grandes Ligas. En 25 de sus aperturas del 2009 lanzó seis entradas o más y en esta pretemporada ha dado señales de que su efi cacia ha mejorado.

“Siempre quería hacer un buen trabajo cada vez que tenía la oportunidad de competir, para demostrarles a todos de lo que soy capaz”, dijo Jiménez. “Pero el año pasado, comencé a tener mejores números y todos empezaron a ver lo que tengo que dar”.