Miami.- Con mucha historia que contar, el equipo de Los Angeles Lakers, su astro Kobe Bryant y la retirada estrella de los Chicago Bulls, Michael Jordan, tuvieron un año de lujo en el básquetbol de la NBA.

Los Lakers se convirtieron en el primer equipo que conquista cuatro títulos en esta década al vencer en la gran final de 2009 a los Orlando Magic 4-1 en una serie pactada a siete juegos.

Además, ésta fue la decimoquinta corona del equipo angelino en el mejor básquetbol del mundo, en esta ocasión con la fuerza motriz de su astro Kobe Bryant y de la mano del técnico Phil Jackson, quien logró su cuarto anillo con los Lakers y el décimo en su historia como entrenador.

Jackson guió a los Chicago Bulls de Michael Jordan a seis títulos en la década de 1990, y a los Lakers a otros tres (2000 al 2002), con Bryant y Shaquille O’Neal compartiendo el estrellato.

Bryant mereció el trofeo al Jugador Mas Valioso de la final al promediar más de 30 puntos por encuentro, su primero en una gran final.

En los cinco juegos que duró la serie, Bryant promedió 32.4 tantos por partido, 5.6 rebotes, tuvo 37 asistencias, más que nadie en el equipo, robó 7 balones y dio 7 tapones, sólo superado en este aspecto por el gigante español y compañero suyo Pau Gasol (9).

Con su actuación, Bryant acalló los comentarios sobre su incapacidad de ganar campeonatos sin su ex compañero de equipo O’Neal, y dijo que todo ese tiempo oyendo hablar de lo mismo era “como la tortura china”.

Con el triunfo, la dupla de Bryant y Jackson ha madurado y la relación, que comenzó en 1999 y que por momentos llegó a ser tormentosa, hoy es de respeto mutuo, entendimiento y profesionalismo.

“Phil y yo tenemos el mismo propósito. No puedo imaginar mirar hacia la banca y no verlo dirigirme”, dijo Bryant al final de la serie.

AL SALÓN DE LA FAMA
Jordan ocupó su merecido lugar entre los grandes del básquetbol al ingresar en septiembre al Salón de la Fama del deporte, y se entusiasmó tanto con el homenaje que advirtió que podría dar una sorpresa y regresar a las canchas, pese a sus 46 años y unas libras de más.

Jordan, junto a otros dos grandes de la NBA como David ‘El Almirante’ Robinson, John Stockton y el técnico de Utah Jazz Jerry Sloan, ingresaron al nicho de los inmortales de la disciplina.

El hombre que redefinió los marcos del juego en la NBA y le dio a la Liga la imagen global de que hoy se ufana, ocupó su lugar entre los grandes del básquetbol con el mismo carisma que derrochó en las duelas, y en los mercados mundiales para comercializar su imagen.

Jordan ganó seis anillos con Chicago Bulls, promediando 30,1 puntos por partido en toda su carrera, el mayor promedio en la historia de la Liga. También ganó 10 títulos de máximo anotador, 5 de Mejor Jugador (MVP) de la temporada y 6 MVP de las finales.

Fue el primer jugador cuya imagen salió de las canchas para convertirse en ícono del marketing global, algo de lo cual se están beneficiando hoy sus seguidores en el mercado, como Bryant, LeBron James, el golfista Tiger Woods y el futbolista David Beckham.