Se trata del antiguo Palacio de los Deportes, hoy Arena del Cibao, una remozada y majestuosa instalación, en la que se invirtió más de 500 millones de pesos y que para muchos, nada debe envidiar a cualquier otra en el área y hasta a muchos de los escenarios del baloncesto de la NBA y que a partir de mañana servirá de escenario al XXVIII Torneo de Baloncesto Superior de aquí.

Fernández, en una corta alocución, recordó que “hace dos días tuve el inmenso honor de dar cumplimiento a una promesa de dos años atrás. Prometí que el 27 de febrero del 2008 realizaría el primer recorrido del Metro de Santo Domingo y lo que pareció un exceso para muchos, se cumplió. Hoy me siento regocijado de estar aquí en Santiago inaugurando El Metro del Cibao, la Arena Oscar Gobaira”.

El ejecutivo sostuvo que lo que meses atrás parecía un arrabal y no solo este centro deportivo, sino también los tribunales, los hospitales, las cárceles y las escuelas de todo el país y que su lucha consiste en transformar ese arrabal y avanzar hacia el progreso y el bienestar de todos los dominicanos.

Para lograr eso, indicó, “nos falta un gran recorrido para realizar nuestra meta, pero estoy seguro que vamos en la dirección correcta y se trata de modernizar y transformar la República Dominicana y tener la oportunidad para dignificar los habitantes de esta tierra de Duarte, Sánchez y Mella”.

Montó un show
Fernández Reyna, que prosiguió en la ceremonia programada para las siete de la noche y que inició a las 8:45, los discursos del gobernador de Santiago, profesor José Izquierdo, del ingeniero Félix Bautista, de la Oficina Supervisora de Obras del Estado, así como al del titular de la cartera deportiva Felipe Payano y la bendición de Monseñor Agripino Núñez Collado, concluyó el acto echando a un lado la sobriedad de su investidura, se quitó sacó y corbata y bajó al tabloncillo a jugar un partido 21 con Payano y los inmortales Hugo Cabrera y Frank Kranwinkel, entre otros atletas, montando un “show” que no dejó de impresionar y de buena manera a los más de 10 mil que se congregaron en la nueva y moderna Arena del Cibao.

El encuentro “a media cancha” duró unos 10 minutos y concluyó con un canasto de dos del Presidente, que anoche, no pareció estar tan bien entrenado como en ocasiones anteriores y que consiguió lograr el enceste, luego de más de 10 tiradas fallidas.

Previo al choque, Fernández se remontó a su época de juventud en Nueva York y su pasión por el baloncesto, cuando asistió a una charla del inmortal Wilt Chamberlain, quien entró al escenario trajeado, terminó despojándose del saco, la corbata, la camisa y hasta los pantalones y terminó uniformado.

Y quiso ser como Chamberlain, que en esa ocasión, argumentó a los presentes, que así, en uniforme, era la única manera de poder hablarle de baloncesto.