MADRID, España.- El Valencia maquilló ayer su crisis al vencer por 1-0 al Atlético de Madrid en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey, tras un encuentro que dejó al descubierto las deficiencias actuales del equipo del mexicano Javier Aguirre.

El partido reunía a dos equipos en apuros. El Atlético de Madrid llegaba tras su fracaso en el clásico, en el que cayó en casa por 2-0 ante el Real Madrid, mientras el Valencia es el rostro de la crisis permanente. Pero si por algo se ha caracterizado el Atlético de Madrid en su historia reciente es por recuperar a rivales enfermos.

Eso sucedió en Mestalla, donde el Valencia fue infinitamente mejor que el equipo de Aguirre. Y si no obtuvo una goleada fue porque no está bien, porque tiene una crisis de confianza que se refleja en el campo. El partido también quedó definido a los 25 minutos, cuando el Atlético de Madrid se quedó con 10 jugadores por la expulsión del brasileño Thiago Motta al recibir su segunda tarjeta amarilla. El centrocampista del equipo rojiblanco juega siempre al límite y se juega la expulsión en cada encuentro. La mereció en el clásico y se salvó, pero no hoy.

El Valencia sólo tardó ocho minutos más en confirmar su superioridad numérica. Lo hizo en un saque de esquina y gracias a un regalo de la defensa atlética, que dio la razón a todas las críticas generadas tras el clásico. El central Pablo despejó hacia el centro y David Silva conectó un disparo imparable para Falcón, haciendo justicia a los méritos locales.

El partido fue un monólogo valencianista hasta el final, amparado en la indolencia de un Atlético de Madrid que ofreció su peor cara y se marchó de Mestalla sin generar una sola ocasión de peligro. No sólo no tuvo el balón, sino que su defensa ofreció una antología del disparate, tal fue su actuación.

Aguirre intentó reaccionar en la segunda parte, en la que incluyó al uruguayo Diego Forlán. Pero el problema no era de hombres, sino de equipo, de funcionamiento colectivo. Tanto Forlán como Kun Agüero se hartaron de correr y de no recibir balones.

El Valencia se comió a su rival con muy poco. Le bastó cerrarse en la medular y presionar la salida del balón del rival para asediar al Atlético de Madrid. Uno a uno, cada jugador local sumó oportunidades, con disparos de Vicente, Miguel, David Silva... Pero al Atlético de Madrid le asistió la fortuna y casi celebró la derrota mínima.

Aguirre perdió los nervios y cerca del final del partido, harto de escuchar los insultos de los hinchas locales, les mostró su dedo corazón, un gesto obsceno que provocará mil críticas durante esta semana.

El encuentro de vuelta se jugará la próxima semana y el Atlético de Madrid deberá mejorar muchísimo si quiere acceder a las semifinales. Con lo que ofrece actualmente no le vale. El Valencia se agarra a la Copa en tiempos de crisis y ahora mismo lleva buena ventaja.