La corona conseguida el pasado curso por San Antonio es prueba inequívoca de que en la NBA no reina quien, solo, más físico acumula. La añeja calidad de los Spurs, reinventada desde la pulida pizarra de Gregg Popovich, desplumó a los Beach Boys de Miami en las Finales. De cara al nuevo curso, como es costumbre, nada se ha movido en el campeón tejano. Ni para bien ni para mal.

San Antonio dedicó más bien el periodo entre competiciones para asegurar el concurso de sus insignias en años venideros. Así, Tony Parker se comprometió, además de la próxima, durante tres temporadas más con la única franquicia que le ha vestido en la NBA. Tim Duncan, que finalizaba vinculación en junio, lo hizo por una más, la presente.

Al igual que el eterno terceto que vertebran los propios Parker y Duncan junto a Manu Ginobili, con habilidades y acierto renovados cada nuevo año, el resto de efectivos que integran la rotación de los Spurs serán idénticos a la pasada temporada. De hecho, las únicas altas aseguradas hasta el momento han sido las de los rookies: JaMychal Green y Kyle Anderson para el puesto de power forward, y Bryce Cotton, base.

Así, Kawhi Leonard, después de su obra culmen en las pasadas Finales ante los Heat, ascenderá oficialmente al rango de cabecilla del roster junto al trío dorado de infatigables veteranos. Danny Green seguirá dando brillo al tiro de tres y a la aportación global del backcourt. Piezas importantes ambas, no obstante, la grandeza de los Spurs volverá a ser refrendada por la integración de todas las piezas.

Tiago Splitter, presumible titular en el quinteto como el pasado curso, Boris Diaw, Patty Mills, Marco Belinelli, Cory Joseph, Matt Bonner o Aron Baynes serán, de nuevo, parte de la rotación con rendimiento más repartido de la NBA. De hecho, cualquiera de los nombres anteriores bien podría gestarse como héroe de algún triunfo ajustado, como ya ocurriera la pasada campaña. San Antonio y Popovich calibran las fuerzas para que cualquier ficha sea, y se crea, importante.

Después, cómo respondan los veteranos, Duncan ñ38 añosñ y Ginobili ñ37ñ en particular, a las apropiadas dosificaciones de Popovich; el techo que pueda alcanzar Leonard, aún por establecer a sus 23 años; o lo letal que suponga la magistral circulación de balón tejana serán más indicadores de la marcha ‘spur’ durante el curso.