No lo llamen regreso
7:22
BRISTOL -- En retrospectiva, toda la historia de Robert Griffin III parece algo absurdo. Todo el asunto del regreso --con las proclamaciones del Dr. James Andrews, los boletines optimistas aprobados cada semana por Mike Shanahan, los mensajes inspiradores de Griffin en Twitter y los comerciales producidos hábilmente-- siempre fue dudoso. Pero ahora, mientras la temporada de los Redskins está en caída libre, toda la publicidad ha chocado con la cruda realidad. El gran RGIII, cuya carrera está compuesta de una mágica temporada y exactamente un partido de playoffs, es más una figura comercial que un competidor.
El competidor sigue ahí, rehabilitándose en la incertidumbre. Ahora que los partidos tienen valor él no está listo, no es capaz de huir de los defensivos y maravillar con su juego debido a una rodillera que lleva en su pierna izquierda. Griffin ha respondido con arrogancia tratando de negar lo obvio ("No hay problemas con la rodilla", señaló antes de la derrota con los Detroit Lions que dejó a los Redskins 0-3). No es el mismo jugador. Y no tiene a nadie a quién culpar sino a él mismo por ser ofrecido de una manera que ha generado expectativas poco realistas.
El plan de regreso de Griffin debe ser familiar a estas alturas. En lugar de ser humilde en público, Griffin y sus patrocinadores convirtieron la incertidumbre de la recuperación en una campaña publicitaria, un reality show de verano, en el que el sonido de las pesas era la reafirmación de su dedicación. La lesión se convirtió en una oportunidad financiera, con seguimiento en cámara lenta, rápidos cortes de video y gotas de sudor cayendo por su cuerpo. Su recuperación incluso tenía un lema: "Con todo para la Semana 1". La campaña fue concebida antes de la lesión de Griffin y ha sido utilizada con diferentes atletas desde el 2011. Pero cualquiera que haya sido la intención original, había sólo una manera de interpretarlo, considerando que el primero debutó antes de que el mariscal comenzara su rehabilitación.
Así que no importa que no existiera ninguna razón para que un novato que venía saliendo de una grave lesión --un jugador que aceleró su recuperación y no jugó ningún minuto en la pretemporada-- ingresara al campo en la Semana 1 y tuviera éxito. No importa que la locura de tal arrogancia ya había sido demostrada. El guardia de los Chicago Bulls, Derrick Rose, utilizó el mismo modelo después de lesionarse la rodilla en un partido de playoffs en el 2012. Protagonizó un comercial en el que aparecía en el gimnasio, sudando igual, los mismos sonidos de las pesas, un video musical que se enfocaba en su regreso. Apareció con un lema, también. Con todo por D Rose. Después vino el choque con la realidad y Rose se perdió toda la temporada del 2013.
Eso es en lo que se ha convertido Griffin. Las lesiones son parte de la razón, el tiempo y la inexperiencia (apenas tiene 23 años de edad) son otras. Sin embargo la razón más importante es que se ha dejado manipular por la publicidad. Aceptó el dinero y promocionó su propia promesa, y si bien no hay nada malo con apostar a sí mismo, Griffin ahora está atrapado en expectativas que son difíciles de superar con su rendimiento actual. En lugar de respetar la gravedad de su lesión, está encajonado por su imagen, su ego, el dinero y una rodilla que no está cooperando. Los Redskins, el entrenador, los medios y el Dr. Andrews, todos son cómplices.
Desde luego, dejarse moldear no es nada nuevo para Griffin tampoco. Cuando llegó a Washington el año pasado, fue colocado como el puente racial de una ciudad dividida, a pesar de que no había hecho ni dicho nada de importancia social (y aún no lo ha hecho).
Griffin es un mariscal de campo, y eso debe ser suficiente. Nadie más --de los que convirtieron su recuperación en un reality show-- es necesario. Entre tanto, mientras él ha trabajo horas extras para formar una imagen, hay jugadores mejores y más sanos que lo están dejando atrás en este momento. Sólo su rendimiento, no un comercial, campaña publicitaria o un video en YouTube, puede cambiar eso
El competidor sigue ahí, rehabilitándose en la incertidumbre. Ahora que los partidos tienen valor él no está listo, no es capaz de huir de los defensivos y maravillar con su juego debido a una rodillera que lleva en su pierna izquierda. Griffin ha respondido con arrogancia tratando de negar lo obvio ("No hay problemas con la rodilla", señaló antes de la derrota con los Detroit Lions que dejó a los Redskins 0-3). No es el mismo jugador. Y no tiene a nadie a quién culpar sino a él mismo por ser ofrecido de una manera que ha generado expectativas poco realistas.
El plan de regreso de Griffin debe ser familiar a estas alturas. En lugar de ser humilde en público, Griffin y sus patrocinadores convirtieron la incertidumbre de la recuperación en una campaña publicitaria, un reality show de verano, en el que el sonido de las pesas era la reafirmación de su dedicación. La lesión se convirtió en una oportunidad financiera, con seguimiento en cámara lenta, rápidos cortes de video y gotas de sudor cayendo por su cuerpo. Su recuperación incluso tenía un lema: "Con todo para la Semana 1". La campaña fue concebida antes de la lesión de Griffin y ha sido utilizada con diferentes atletas desde el 2011. Pero cualquiera que haya sido la intención original, había sólo una manera de interpretarlo, considerando que el primero debutó antes de que el mariscal comenzara su rehabilitación.
Así que no importa que no existiera ninguna razón para que un novato que venía saliendo de una grave lesión --un jugador que aceleró su recuperación y no jugó ningún minuto en la pretemporada-- ingresara al campo en la Semana 1 y tuviera éxito. No importa que la locura de tal arrogancia ya había sido demostrada. El guardia de los Chicago Bulls, Derrick Rose, utilizó el mismo modelo después de lesionarse la rodilla en un partido de playoffs en el 2012. Protagonizó un comercial en el que aparecía en el gimnasio, sudando igual, los mismos sonidos de las pesas, un video musical que se enfocaba en su regreso. Apareció con un lema, también. Con todo por D Rose. Después vino el choque con la realidad y Rose se perdió toda la temporada del 2013.
Eso es en lo que se ha convertido Griffin. Las lesiones son parte de la razón, el tiempo y la inexperiencia (apenas tiene 23 años de edad) son otras. Sin embargo la razón más importante es que se ha dejado manipular por la publicidad. Aceptó el dinero y promocionó su propia promesa, y si bien no hay nada malo con apostar a sí mismo, Griffin ahora está atrapado en expectativas que son difíciles de superar con su rendimiento actual. En lugar de respetar la gravedad de su lesión, está encajonado por su imagen, su ego, el dinero y una rodilla que no está cooperando. Los Redskins, el entrenador, los medios y el Dr. Andrews, todos son cómplices.
Desde luego, dejarse moldear no es nada nuevo para Griffin tampoco. Cuando llegó a Washington el año pasado, fue colocado como el puente racial de una ciudad dividida, a pesar de que no había hecho ni dicho nada de importancia social (y aún no lo ha hecho).
Griffin es un mariscal de campo, y eso debe ser suficiente. Nadie más --de los que convirtieron su recuperación en un reality show-- es necesario. Entre tanto, mientras él ha trabajo horas extras para formar una imagen, hay jugadores mejores y más sanos que lo están dejando atrás en este momento. Sólo su rendimiento, no un comercial, campaña publicitaria o un video en YouTube, puede cambiar eso



0 comentarios