Santo Domingo.- “Yo sabía lo que estaba buscando, cuando me ofrecieron la pelea la tomé normal, pero luego de llegar a mi casa estaba tan alegre que no cabía en mi ropa, porque por fin había conseguido la oportunidad de mi vida y eso fue lo que hice, la aproveché. La noche estaba hecha para mí”.
Nagy Aguilera es un joven dominicano que salió hacia Estados Unidos a los 9 años de edad desde el empobrecido sector de Vietnam, en Los Mina.
Hace dos semanas, Nagy conectó un poderoso gancho a la barbilla del ex campeón pesado del Consejo Mundial de Boxeo, el ruso Oleg Maskaev, y en menos de dos minutos había ganado la pelea soñada, la cual le abre la puerta del ranking mundial.
Con 23 años, 6 pies y 3 pulgadas de estatura y 230 libras, Nagy sabe que transita en caminos de mastodontes que le aventajan en tamaño, peso, alcance y experiencia, pero tiene la confianza en sus puños y el “valor dominicano”. “Usted sabe que no es asunto de tamaño solamente, lo primero es que con mi peso puedo moverme bien, y hay otra cosa que tenemos los dominicanos... ese valor nadie nos lo quita, yo le di nocaut a un hombre que me superaba en todo, que venía de ganar dos peleas después de perder la corona del mundo, yo lo devolví para su casa”, dijo Nagy feliz, en una visita a EL DEPORTE de Listín Diario.
Dijo que en el mes de enero podría estar clasificado en dos de los principales organismos mundiales y que en lo adelante será asunto de continuar sumando triunfos para en un futuro disputar una corona del mundo.
“Tengo un manejador, pero quien trabaja directamente conmigo es el ex campeón Lou Savarese, estamos felices con el resultado y son ellos, quienes decidirán a quién nos enfrentaremos próximamente y como iremos caminando”, afirma. “Ahora me toca a mí estar en mi gimnasio, donde llegué por casualidad a perder algunas libras y seguí después porque había hecho boxeo amateur en Santo Domingo”.
Naggy es el peso completo más joven nacido en República Dominicana con resultados y récord positivos a estos niveles.
“Estaré preparado siempre porque creo que estoy para algo grande y solo trabajando fuerte se llega aquí, si haces lo contrario jamás puede acercarte porque aquí cualquiera te apagas las luces a mitad de camino”, finaliza Nagy. “Lo único que espero es que no puedan verme como le ocurrió a Maskaev”.