BOCA CHICA.- Tras una carrera de once años colmada de logros en el terreno, Aramis Ramírez siente como principal vacío que espera materializar, la obtención de un gallardete, el cual espera se produzca vistiendo la camiseta de los Cachorros de Chicago.

Ramírez, en la antesala de su estación número doce en liga mayor, considera que ya es tiempo de que los Cachorros borren una sequía de 100 años en que no exhiben una corona, algo que por última vez alcanzaron en el 1908 cuando vencieron 4-0 a los Tigres de Detroit.

“Con sinceridad no entiendo que es lo que nos ocurre, nos comportamos como una gran maquinaria en la serie regular, empero cuando arribamos a los playoffs, todos nos caemos, la ofensiva, la defensa y el pitcheo”, señalo el antesalista al término de unas prácticas en el complejo de los Cachorros en Baseball City.

“Es tiempo ya de que llevemos a este equipo a avanzar de la primera ronda de la postemporada, no podemos continuar de esta manera”, expuso el antesalista sobre la franquicia que el año pasado cayó derrotada 3-1 a manos de los Dodgers, la tercera ocasión que no pueden avanzar más allá de la primera ronda.

Sostiene que la ciudad está ávida de ver a los Cachorros recorrer sus calles elevando una corona . “Este es un logro personal que quiero llevarme antes de culminar mi carrera y me gustaría que el mismo se produzca con Chicago”, señaló el antesalista, de 30 años y a quien le quedan tres años de contrato, el cual incluye una opción más.

En cuatro campañas en su carrera ha sido un productor de 30 jonrones, mientras que en cinco sus remolcadas han superado el centenar. El slugger espera disfrutar de buena salud para arribar este año a las 1,000 empujadas, marca de la cual lo separan 119, por cierto su cantidad tope en una campaña, la cual realizó en el 2006.

“Es una cifra a la cual me gustaría arribar este año, creo que si puedo agotar unos 550 turnos podré conseguirla, pues delante de mi están los hombres a quienes de seguro encontraré con frecuencia en las bases”, sostuvo el bateador de .284 de por vida.

Desde hace varias semanas el jugador entrena en el complejo de los Cachorros, trabajando principalmente en su físico, se encuentra en buen peso. “No puedo descuidarme, sabes con el paso de los años se torna más difícil rebajar las libras y ese es un factor por el cual estoy trabajando desde temprano”, puntualizó al término de su jornada de trabajo.

El año pasado, el dominicano colocó números brillantes en jonrones ( 27 ), remolcadas (111), además agregó 44 dobletes, esta última cifra máxima en su carrera y la primera vez que logra superar los 40.