BOCA CHICA.- En una mañana gris y de malos presagios atmosféricos, los Tigres del Licey iniciaron sus entrenamientos con su aura de team ganador, prestos a buscar un trofeo de campeón que los ha evadido en los últimos dos años.

Los veteranos Jorge Sosa y Manuel Aybar, dos de los lanzadores que más se han identificado con la causa azul en los tiempos, pero que ya han visto pasar sus mejores días, encabezaron el grupo de jugadores que acudió a la academia de los Cachoros de Chicago, del complejo Baseball City, de aquí.

Ambos comenzaron a trabajar con el entusiasmo de un novato en aras de tener una buena actuación, cambiar el curso de la historia y retornar a las Grandes Ligas.

“Es una buena señal tenerlos temprano a los dos aquí”, manifestó el dirigente del Licey, Héctor de la Cruz. “Esto habla favorablemente sobre la forma en que los muchachos se entregan a este equipo”.

“A esa clase de jugador, que tiene mucho tiempo en la liga, uno nunca lo menosprecia porque te puede ayudar en cierto momento y en el rol que lo necesite”, expresó “La Manta”, quien por vez primera llega a los entrenamientos como manager de los Tigres, equipo que tiene dos años varado en 19 coronas.

“Para mí es un reto, una oportunidad que en verdad andaba buscando y que no voy a desaprovechar”, declaró mientras observaba al grupo realizando ejercicios de estiramientos.

Los rostros de Willis Otáñez, Napoleón Calzado, José --Café-- Herrera y Ricardo Nanita --que en los últimos tiempos se habían hecho tan familiares como los del asistente de coach, Vladimir Pérez, del masajista Cheché Arias y del cargabates “El Torito”-- fueron los grandes ausentes porque ya no pertenecen al club.

De la camada de novatos que por primera vez se puso el uniforme de los bengaleses, los relevistas Jacobo Meke y Johnatan Ortiz, quienes vienen de registrar buenas actuaciones en los circuitos minotoritarios de Estados Unidos, fueron los que con mayor detenimiento observó el manager De la Cruz y el cuerpo técnico que le asiste.

“Vamos a estar pendientes de ellos porque tienen un gran talento”, manifestó el capataz del emblemático conjunto capitaleño, que el año pasado finalizó segundo y campeón de la Serie del Caribe.

“Para mí es un sueño estar aquí con este uniforme puesto”, significó Ortiz tras realizar su primera sesión de bullpen con el equipo que aprendió a querer desde que era niño.

Ortiz, un nativo de Baní que tiene a Ronnie Belliard como su ídolo en el béisbol dominicano, tuvo registro de 4-2 y un promedio de carreras limpias permitidas de 2.03 y 33 salvamentos con el Charleston, sucursal clase A media de los Yanquis de Nueva York.