Fráncfort.- La Fórmula 1 vivirá esta temporada una situación inédita en 18 años: por primera vez desde 1990 el campeonato mundial se disputará sin que aparezca en las pistas el nombre Schumacher. Será la segunda temporada sin Michael, retirado en 2006 después de haber acumulado siete títulos, y la primera sin su hermano menor, Ralf, que a falta de un equipo de nivel interesado en él anunció que se tomará un descanso de un año sin competir. Una pausa que podría significar el final de su carrera.
Michael, que el jueves 3 cumple 39 años, por lo menos se seguirá mostrando en los circuitos y entrenamientos como asesor de la escudería de sus amores, Ferrari. Su cercanía a los motores dio en las últimas semanas reiterados motivos para especular con la posibilidad de un regreso, circunstancia que él mismo se apuró a desmentir cada vez que le mencionaban el tema.
“Nunca me sentí mal estando al volante”, admite Michael, que debutó en la F1 en 1991. “Y adoro las carreras. Conducir me sigue fascinando y lo sigo haciendo, pero es otra cosa. El capítulo Fórmula 1 está cerrado definitivamente”, reitera.
El récord de sus logros es histórico: siete títulos, 250 carreras disputadas, 91 ganadas. El balance de su hermano Ralf es la antítesis. Desde 1997 hizo 180 carreras y cosechó seis victorias.
La falta de éxitos fue justamente lo que motivó que se quedara sin equipo. El último fue Toyota, al que en tres años no pudo darle lo que tanto esperaba el equipo japonés: el primer triunfo en la Fórmula 1. El jefe del equipo, Tadashi Yamashina, admite que las culpas no fueron de los pilotos, que los responsables no fueron ni Schumacher ni su compañero de equipo Jarno Trulli.
“No estuvimos en condiciones de plasmar en el coche todo lo que nos habíamos propuesto”, analizó Yamashina en el balance de la temporada pasada.