MÉXICO.- El más grande boxeador mexicano de todos los tiempos, el ex campeón Julio César Chávez, dijo ayer que cada vez que ve pelear a su hijo se pone nervioso, aunque disfruta verlo ganar un lugar en el mundo boxístico.
“Disfruto verlo pelear, pero como todo padre y como todo ser humano me pongo nervioso”, reconoció Chávez durante el anuncio de la función pugilística del 9 de febrero próximo en la ciudad mexicana de León y en la que su hijo de 21 años peleará con el estadounidense de origen mexicano José Celaya por el título continental superwelter del Consejo Mundial del Boxeo (CMB).
“Obviamente, cada vez me pongo menos nervioso y creo que Julio poco a poco va madurando y se va formando por sí solo. No hay duda de que está ganándose un puesto en el medio boxístico”, agregó JC Chávez, de 45 años.
JC Chávez y su hijo, del mismo nombre, acaparon la atención durante la conferencia de prensa en la cual el gobernador del estado de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, y el presidente del CMB, el mexicano José Sulaimán, dieron detalles de la función.
En su carrera, JC Chávez conquistó cinco cetros mundiales, entre ellos el superpluma, ligero y super ligero y ganó 89 peleas consecutivas sin derrota antes de su retiro con un récord de 108 peleas, con seis derrotas y dos empates, con 87 nocauts.
“Sin duda es una presión ser hijo de JC Chávez, pero también me ha ayudado para abrir puertas que a otros se les han cerrado, aunque yo he tratado de hacer lo mío”, dijo, por su parte, el hijo mayor del ex monarca mundial.
Chávez Jr., quien marcha invicto en 35 peleas profesionales, con 34 victorias, un empate y 26 nocauts, exclamó: “Yo no pedí esto, yo nací con esto, soy un boxeador y me gusta pelear y hay que echarle ganas y hacer mi propia historia”.