FANASTICOS AGUILUCHOS MAS QUE APACIONADOS SON INSACIABLES
9:46SANTIAGO.- Insaciable. Es la mejor definición que se le puede dar a la mayoría de fanáticos del equipo de las Águilas Cibaenas. Y es que sus seguidores, en una mayor proporción, no hay manera de sacear su sed de victoria. Así como reclaman el triunfo de cada uno de los partidos que celebra su equipo, disfrutan las celebraciones de los mismos. Ayer tarde, durante la celebración del llamado “Desfile de los Campeones”, lo que volvió a vivirse resultó de locura. Algo del otro mundo, como si nunca antes hubiesen logrado coronarse y pensar que es la ocasión 20 y segunda cosecutiva.La demostración de alegría, de júbilo, resulta indescriptible. No importó la edad, los credos, ni la simpatía política, todos parecieron uno solo, se fundieron y celebraron a “todo dar, vocearon a todo pulmón, pitaron como los que más y bebieron hasta la saciedad”, en lo que muchos definieron como “el más difícil, pero emocionante título de los últimos años”. Centenas de autos, millares de motocicletas, recorrieron la ruta de los campeones, que incluyó salida desde la parte frontal del parque Cibao y que transitó calles y avenidas, entre ellas la 27 de Febrero, Circunvalación, Estrella Sadhalá, Hermanas Mirabal, Las Carreras, hasta detenerse en el área monumental, donde miles de aficionados más, esperaron por más de cuatro horas y “comenzar a celebrar” como lo proclamaron a todo pulmón centenares de ellos. Jochy Taveras (El Aguilita) parecía “la marca de fábrica” del camión de Cocacola que sirvió de carroza a los jugadores del equipo y que encabezó una casi interminable caravana de autos de varios kilómetros. Edwin Encarnación, Luis Polonia, Tj. Peña, Félix Fermín, Derek Lee, Shaun Babula, Bernie Castro, entre otros no menos estelares jugadores, estuvieron a bordo. Otros, como Rafael Furcal, optó por situarse en fila, pero a bordo de su lujosa y llamativa jeepeta Hummer, color dorado-plata, en compañía de su compueblano Alexis Gómez y parte de su grupo de amigos y asistentes. Las consignas y autos con propagandas políticas, “pan nuestro” actualmente, también jugaron su papel, por suerte no tanto como los sports publicitarios que saturaron las transmisiones de los partidos, amén de que “dejaron todo los cuartos del mundo”, aun desnaturalizando la producciones televisivas, en perjuicio de los televidentes. Las marcas de rones, cervezas y cigarrillos, esta vez “no se pelearon” y si ocurrió, no trascendió, al menos en las áreas que nos movimos. Brugal, Presidente y Bohemia, parecieron tener la exclusividad. La fuertes y severas críticas para quienes no creyeron en las Águilas, brotaron como sudor por los poros. Las ocurrencias, creatividad e ingenio de los aficionados para dejar sentir sus satisfacciones, resultaron geniales, muy auténticas y particulares. Los cartelones predominaron, así como los ataúdes con Tigres dentro. Los slogan de las Águilas son las Águilas, y 20 más y después hablamos sonaron continuamente y de manera ocasional el “Licey campeón”, a títul de hipocrecía. Chilote y sus nietos Winston Llenas, hoy presidente del Consejo Directivo de las Águilas, desde que dejó de ser jugador, pocas veces se le vio desfilar en caravana, pero ayer, no se resistió. Varias las razones, una de fuerza, sus nietos querían estar con su abuelo en la fiesta de las Águilas y Llenas, no pudo rehuir el pedido. Y según él, “sufrí demasiado esta vez y merecía disfrutar como se debe un triunfo como este. Por primera vez máximos en coronas y Santiago sede de la Serie del Caribe”.
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