El super próspecto dominicano Carlos Gómez comienza a defraudar a los fanáticos de los Leones del Escogido.
Al principio, toda era bonito. Un jugador prometedor, y quizás la nueva cara de los Leones.
Súbitamente, Gómez no se ve ni se siente en el Escogido.
Por un lado, se especula que problemas emocionales lo tiene fuera de pelota, pero cuando ha estado en la alineación, tampoco se ha sentido.
Miren esto: Siete juegos, 30 turnos al bate, seis hits, cuatro anotadas, un doble, cero triples, cero jonrones, sólo dos remolcadas, una base por bola y 10 ponches para un promedio de .200.
Esta liga se ha comido a grandes jugadores: Mark McGwire y Alex Rodríguez serían dos ejemplos.
Desde el dogout del Escogido se reporta que su personalidad sigue humilde, pero que le han puesto tanta presión sobre sus hombros, que el muchacho quiere hacer más, y eso le ha hecho daño.
Mientras Gómez no asume su rol, los Leones llegan a la jornada del sábado con récord de 5-10 y en el sótano.