SANTIAGO.- Los Tigres del Licey volvieron a ponérsela difícil a los campeones nacionales y del Caribe, las Águilas Cibaeñas y amparados en el soporte monticular y ofensivo de los norteamericanos Harold Eckert y Andy Tracy, les ganaron 8 carreras por 2, ayer tarde en el parque Cibao de aquí. Eckert (2-1), lanzó seis entradas de sólo dos hits, una carrera y poncho cinco, anotándose la victoria. Tracy, que terminó bateando de 4-2, produjo cuatro de las primeras cinco y resultó determinante en la nueva proclama de los Tigres.
Licey (18-10), que ganó su sexto juego de sus últimos siete, consigue su tercera victoria en línea frente a sus grandes adversarios y colocaron la serie particular 4-2, de paso sacando distancia de 3.5 sobre los monarcas, que se profundizan en la tercera casilla (15-14), sufriendo su tercer revés en línea. Julián Tavárez, inició y perdió por las Águilas (1-2), fue responsable de las cinco primeras de los bengaleses.
Además de Tracy, Licey, que facturó 10 hits, consiguió buen aporte ofensivo de Willie Aybar que ligó triple y sencillo y tuvo que ver con tres de las anotaciones de su club.Ronnie Belliard sumó doble y sencillo.
En su de nueva baja producción, las Águilas consiguieron un jonrón de Alexis Gómez, dos sencillos de José Morbán y sencillo de Héctor Luna.
CORTO S
SE LA PUSO: Rafael Furcal, ya aguilucho, no pudo conversar con la prensa como se dijo, pero se dejó ver en el tercer episodio, exhibiendo la casaca 82, la que podría comenzar “a sudar” de manera oficial desde el primero de diciembre.
EL VERDUGO: Andy Tracy se convirtió en el verdugo de Julián Tavárez ayer. Le bateó de 2-2, jonrón y doble, válidos para cuatro de las primeras cinco de los Tigres.
PRECIO DEL SILENCIO: En las Águilas parece que “se bajó una línea” ayer para no protestar y hubo razones.. Los árbitros también, “a llamar medalagariamente” como castigo. El principal Nick Nolde, “se dio banquete” y “desafinó” más de la cuenta. Una manera, poco justa y si se quiere, hasta provocadora.
UNA MALA TARDE: El campocortista de las Águilas, Christopher de la Cruz, que había impresionado, ayer tarde, pareció otro. Falló con su guante y con dos errores, estropeó en parte el trabajo de Julián Tavárez. El escenario como que “le traicionó” ayer tarde.