HOUSTON.- El día dedicado a la prensa sirvió para que en el mundo del baloncesto profesional de la NBA ya tuviese como protagonistas a Kobe Bryant, Shaquille O’Neal y Andrei Kirilenko.
Bryant, la estrella de Los Angeles Lakers, fue el que más acaparó la atención al ver cómo no llegaba a cita con los periodistas, y el suspense surgió en las instalaciones del equipo después que durante el verano hubiese dicho públicamente que o reforzaban el equipo quería ser traspasado.
Sin embargo, después de vivir el suspense, la portavoz de Bryant, Catherine Sebring, dijo que la estrella de los Lakers había ido al medico para cumplir con una visita que ya tenía programada.
La intriga se acabó cuando 34 minutos después de haber dado comienzo la reunión con los periodistas, Bryant llegó a las instalaciones de los Lakers y trato de dar otra versión de las declaraciones que hizo durante el verano.
“Simplemente, estoy con el equipo, tengo confianza y lo que paso fue que perdimos el pase a la fase final y de alguna manera explote a la frustración que sentía”, comentó Bryant. “Creo que luego todo se malinterpreto y lo único que dije era que quería volver a darle un título al equipo”.
Los directivos de los Lakers también mantuvieron la misma actitud de no polemizar sobre los deseos de Bryant y dijeron que no era el momento de distracciones sino de pensar en la nueva temporada.
Su ex compañero O’Neal con el que logró tres títulos de liga consecutivos, la acaparó en Miami con la presentación de los Heat y su buen sentido del humor cuando dijo que el verano se lo había pasado haciendo yoga, cazando y peleando con la nueva modalidad de boxeo judo “ultimate”.
O’Neal además dijo que ya era el nuevo presidente de los Heat para que Pat Riley fuese vicepresidente.
Pero todo cambió cuando alguien le preguntó cómo iba el asunto del divorcio, cuyos papales ya han sido presentados desde el pasado 4 de septiembre.
“Será algo que no voy a discutir con ustedes ni en 10 años ni nunca”, respondió O’Neal. “Si tengo un mal partido o varios no seré yo el que lo justifique por este asunto”.
En Salt Lake City, Kirilenko se presentó con el equipo local de los Jazz y lo primero que le tocó hacer fue reunirse con el entrenador Jerry Sloan, a quien había criticado desde Europa y por el que pidió el traspaso.
Nadie sabe lo que trascendió en la reunión, pero la cara de Kirilenko no era la más agradable ni sonriente, y además tampoco estuvo expresivo porque dijo que ya había comentado todo con respeto a lo que pensaba de su presencia en el equipo.
“Tengo que concentrarme en el entrenamiento y dedicarme por completo al baloncesto”, agregó.