Cuando el dominicano Pedro Martínez sea exaltado este domingo al Salón de la Fama de Cooperstown, su placa se mostrará usando la gorra de los Medias Rojas de Boston, como debe de ser, debido a que sus más grandes años fue mientras jugó con ese equipo.

Pero un gran pedazo de su corazón siempre se quedará con los Expos de Montreal, hoy Nacionales de Washington.

El nativo de Manoguayabo tenía 22 años y era un relevista con los Dodgers cuando fue cambiado hacia los Expos por el intermedista Delino DeShield. Los Expos ya no podía darse el lujo de tener a DeShields por razones económicas, y los Dodgers habían rechazado a Martínez por ser demasiado frágil para ser abridor.

“Pedro era mi jugador favorito para ese entonces y todavía lo es”, le dijo Dan Duquette al Boston Globe, que para ese tiempo era gerente general de los Expos y ahora desempeña esa misma función con los Orioles de Baltimore.

“Pensé que era un buen negocio para nosotros. Lo vimos como abridor. A nuestros buscatalentos le gustaba realmente”, agregó.

En Montreal, su carrera floreció, acumuló marca de 55-33 en cuatro temporadas con efectividad de 3.06. En el 1997, después de adquirir el comando de su curva, tuvo récord de 17-8 con efectividad de 1.90 para ganar su primero de tres premios de Cy Young.

El pequeño Montreal, pero una ferviente comunidad beisbolera abrazó a Martínez.

“Fue el lugar más tranquilo y relajante que he jugado", le dijo Martínez al Boston Globe

. "La gente era muy amable conmigo. Me encantaba ir al estadio y estar en esa ciudad, aunque estaba siempre fría”.

Martínez también encontró dos de los mentores de más confianza, el exmanager dominicano Felipe Alou y el  coach Tommy Harper.

Alou, un exconsumado jugador dominicano, tenía 59 en esa ocasión y tres temporadas, dirigente que luego se extendería a 14 años.  Alou bautizó a Pedro como “El pequeño hombre”  y fue su protector.

"Felipe me decía, 'Joven, usted va a hacer un montón de dinero en este juego. No te preocupes por los trabajos que vayas a pasar, solo mantente jugando. "Él fue una buena influencia para mí", dijo Martínez.

Con ese conjunto, lanzó uno de los más memorables juegos en su carrea el 3 de junio de 1995 en San Diego, retirando a los primeros 27 bateadores que enfrentó. Lanzó nueve entradas completa, abanicó a nueve. Los Expos no pudieron anotar y partido se extendió en blanco  a entradas extras.

Con una ventaja 1-0 en la decima entrada, el criollo fue sacado del juego después de permitir un doble en la baja de ese capítulo. Los Expos ganaron el juego, pero se le negó el partido perfecto. El quisqueyano Mel Rojas logró el rescate.

Los Expos nunca llegaron a los playoffs durante cuatro temporadas de Martínez. El equipo de 1994 tuvo el mejor récord del béisbol con marca de 74-40. Sin embargo, una huelga de jugadores obligó a concluir esa campaña el 11 de agosto.

Martínez eventualmente se convirtió en demasiado caro para los Expos y tuvo que ser negociado. Fue  transferido a los Medias Rojas el 18 de noviembre de 1997,  a cambio de los prospectos lanzadores  Carl Pavano y Tony Armas Jr.

Duquette también hizo ese acuerdo, esta vez como gerente general de Boston.