HAMBURGO.- El español Rafael Nadal subrayó que es el rey de la arcilla al adjudicarse hoy el torneo de tenis de Hamburgo derrotando en la final al número uno del mundo, el suizo Roger Federer, por 7-5, 6-7 (3-7) y 6-3, en un partido que el ganador calificó como “extraño, muy extraño”. “Fue muy especial haber ganado aquí, quería el título porque me faltaba.

Y además le gané esta semana tanto el número uno del ranking como al mejor de la temporada hasta ahora (Novak Djokovic)”, analizó Nadal la importancia de su triunfo.

Es el primer título de Nadal en Hamburgo, y el tercero del año después de Montecarlo, en el que también le ganó en la final a Federer, y Barcelona. En total tiene ahora 26 títulos. Nadal coronó así una semana en la que no sólo se tomó revancha de la derrota que sufrió ante Federer el año pasado en el mismo escenario, cuando el suizo le cortó la racha de 81 partidos invictos sobre arcilla. Pero además marcó los límites a su más tenaz rival por el segundo puesto en el ranking, Djokovic, al que derrotó en semis.

“Fue un partido extraño, muy extraño”, aceptó el mallorquín. Por los cambios, las alternancias en el marcador, las ventajas que se daban.

El que tomó la iniciativa del encuentro fue Federer, que en los primeros juegos apabulló a un desconcentrado Nadal, llegando a sacarle una ventaja de 5-1. “Empecé muy mal”, admitió Nadal. Ante la desesperación, poco después Nadal gritó pausa y requirió tratamiento médico por una molestia en el muslo derecho. “Sentí un pequeño dolor, y tuve miedo de que pasara algo”.

Todo parecía que estaba acabado para el mallorquín. Su tío y entrenador, Toni Nadal, hizo en esos momentos incluso gestos de que no iba más.

Pero, tras varios minutos de atención y gracias a los antiinflamatorios, Nadal volvió a la cancha y, moviéndose con cuidado y buscando definiciones rápidas, empezó a colocar las bolas con una precisión que no había tenido antes.

Federer se mostró irritado, perdió la línea, entregó su servicio tres veces seguidas y permitió que “el Rafa” iniciara una remontada espectacular que culminó con un 7-5. “Roger cometió una serie de errores increíbles y pude volver”, dijo Nadal.

La segunda manga empezó con el quiebre recíproco de los primeros servicios, con un Federer que había recuperado la calma y el autocontrol. Sacó de nuevo ventajas rapidamente para colocarse arriba 5-2.

Sin embargo, volvió a aparecer Nadal y con fuerza de decisión y coraje, emparejó para el 5-5. Pero el público quería un alargue y el suizo se lo dio, decidiendo el “tie-break” a su favor. Llevaban jugando ya más de dos horas.

La definición en el tercero fue un poco más clara, pero no tanto, jugando ambos a gran nivel y manteniendo un altísimo grado de suspenso. Nadal quebró para el 3-1 y defendió la ventaja para redondearlo en el 6-3 final que cerró con su primera pelota de partido, con un revés cruzado tras 2:52 horas de juego. Fue el momento en que Nadal cayó de rodillas sobre la tierra colorada.