El estelar receptor de los Dallas Cowboys dijo que está saludable por completo y libre de algunas presiones que las propias lesiones y sucesos personales habían provocado.

Incluso, amenazó con que los New York Giants verán al mejor Dez Bryant en al menos tres temporadas.

“Sí, me siento muy bien, extremadamente bien”, dijo Byrant, muy sonriente, en el vestidor del complejo de entrenamiento de los Cowboys. “He trabajado muy duro y he cuidado mi cuerpo al máximo”.

Las estadísticas de Bryant confirman que se siente cada vez mejor y que Dallas está recuperando a uno de los receptores más peligrosos de la NFL.

En sus últimos cuatro partidos, el egresado de Oklahoma State University promedia 88 yardas por juego y una anotación.

Más importante, tiene al menos dos recepciones de 50 yardas o más y un par más de 26 yardas, que en su momento fueron fundamentales para la victoria de su equipo.

“Sólo se trata de aprovechar cada oportunidad”, dijo Bryant. “Trato de liderar con el ejemplo, con acciones. Cuando pasas por malos momentos aprendes a valorar muchas cosas, desde el entrenamiento hasta tiempo de juego”.

Bryant, de 28 años, fue uno de los que peor la pasó la campaña anterior cuando los Cowboys --que comenzaron el campamento de pretemporada 2015 entre los favoritos para llegar al Super Bowl--, apenas ganaron cuatro partidos.

El receptor faltó a todo el programa de receso de temporada, en reclamo a un contrato multianual. Poco después de que lo consiguió, llegaron las lesiones.

Sólo participó en nueve partidos, con 31 recepciones para 401 yardas y tres touchdowns; todos, sus peores números en la liga. Terminó el año incapacitado de la pierna derecha.

Este año, de acuerdo al entrenador Jason Garrett ha sido todo lo contrario. Se ha preparado desde febrero pasado para regresar a la élite.

Sin embargo, una lesión en el partido inaugural de la temporada, contra los Giants, de nueva cuenta lo sacó de combate.

Jugó casi medio tiempo contra los Giants en la derrota 20-19 de los Cowboys, el 11 de septiembre, con una fractura en la pierna. Faltó a tres partidos y desde entonces trató de regresar a su ritmo habitual.

“Entrena como pocos he visto”, dijo el entrenador Jason Garrett. “Cuando hacemos un recorrido caminando, con él, es correr. No conoce otra velocidad. Cualquiera que nos haya visto practicar sabe que cacha más balones en entrenamiento que cualquiera que haya cachado un balón”.

“Cacha de los quarterbacks, de los entrenadores. Cacha de los utileros, de los terapistas, cacha de quien sea...”, agregó. “Simplemente ama este juego y trabaja muy duro en eso”.

Salvo el enfrentamiento más reciente esta campaña cuando sólo atrapó un pase, Bryant ha tenido algunos de sus mejores partidos contra los Giants.

En 12 juegos frente a sus rivales divisionales de New York, Bryant ha recibido 58 pases para 874 yardas y seis touchdowns. Su primer partido de más de 100 yardas fue contra ellos en su campaña de novato (2010). En octubre del 2014, logró 151 yardas.

“En realidad no vemos mucho los números”, afirmó Garrett. “Sé que es un jugador sobresaliente. Ha sido así desde que llegó aquí. Su producción habla por sí misma. Su impacto en el juego también habla por sí mismo”.

Garrett reconoció que otra virtud de Bryant es que “juega sin balón”; ayuda a provocar huecos en las defensivas que concentran demasiada atención en él.

“Es un gran jugador de futbol”, insistió el entrenador. “Somos afortunados de tenerlo. Creo que en realidad se siente mejor que en mucho tiempo y eso se nota desde el entrenamiento hasta en el video”.